Capítulo 92

Conduje toda la noche con Isabella sentada en silencio a mi lado. El coche estaba lleno del aroma persistente del deseo de su "castigo" en el bar, haciendo que el lobo dentro de mí se moviera inquieto. Apreté el volante hasta que mis nudillos se pusieron blancos.

Ella me hacía desear cosas. No so...

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