Pertenece a mí

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Capítulo 3

Xander Redent

Cuando mi papá nos dijo a mi hermana y a mí que nos íbamos a mudar a América, odié la idea. Ya me sentía cómodo viviendo en Londres y la idea de mudarme a otro país era inimaginable.

Tenía miedo de perder a mis buenos amigos aquí, mi rutina, mi zona de confort y todo lo relacionado con Londres, en realidad. No es que tenga miedo de no tener amigos en América, tengo a los Gold Lifes allí, pero ha pasado mucho tiempo desde que los vi y será un poco incómodo, aunque sean mis amigos de la infancia.

—¿Cómo te fue en tu primer día de escuela? —preguntó mi papá cuando entré a la casa. Estaba leyendo algo en su iPad y me acerqué a él, tirándome en el sofá justo enfrente.

—Genial —dije sin entusiasmo.

—¿Todavía extrañas estar en Londres? —preguntó.

—Por supuesto, nací y crecí allí —dije cerrando los ojos.

—Pero siempre quisiste vivir aquí.

—Eso lo dije cuando era un niño, papá —suspiré.

—Te encantará aquí, además... si tienes una novia, querrás quedarte aquí más que en Londres. ¿Novia? Ni siquiera quiero tener una. Tener una novia te ata y no puedes ir a cualquier lugar o salir con otras personas como cuando estás soltero.

—Sí, claro.

—¿Viste a los Gold Lifes, verdad? —preguntó.

—Sí.

—Y vas a la gala esta noche. —Abrí los ojos y giré la cabeza hacia él.

—No.

—Xander, vas a ir. Todos estarán allí. —Si mi papá me pedía que fuera, no tenía opción. Me levanté del sofá y caminé hacia mi habitación. Me tiré de nuevo en mi cama y me quedé dormido.

—Xander... Xander... ¡despierta! —Mi hermana saltó sobre mi cama y me levanté lentamente.

—¿Qué?

—Vamos a la gala esta noche —dijo y negué con la cabeza.

—Ve tú sola... no quiero ir —dije mientras volvía a tirarme en la cama.

—¡Xander! —gritó justo en mis oídos y la miré con furia.

—Ve a ducharte y prepárate o haré que papá lo haga por ti —dijo gesticulando para que fuera al baño. Suspiré y caminé hacia el baño para ducharme.

Salí de la ducha y me sequé. Caminé desde el baño con una toalla envuelta alrededor de mi cadera y luego me dirigí a mi armario. Me puse el traje y me peiné hacia atrás.

—¡Xander! —escuché a Eva llamándome.

—¿Qué? —grité de vuelta.

—¡Vamos! —suspiré y salí de mi habitación.

—¿Estás listo? —preguntó mi mamá mientras salía de su habitación.

—Sí.

—Te ves genial —dijo y bajamos juntos. Mi papá miró a mi mamá con plena admiración en sus ojos. Sí, está así de enamorado.

—¿Qué te tomó tanto tiempo? —Eva me dio una palmada en la espalda y la miré con furia.

—Eva... no le pegues así a tu hermano —dijo mi mamá y ella sonrió con malicia.

—Vamos —dijo mi papá y salimos de la casa con nuestro chofer ya esperándonos. Nos subimos al coche y me recosté cerrando los ojos.

No me importa de qué están hablando papá, mamá y Eva mientras vamos camino a la gala porque todavía tengo sueño. Seguí escuchando música ignorando toda la conversación de mi familia.

—Vamos —dijo mi papá y abrí los ojos.

—No actúes como un tonto —dijo Eva y solo la miré de cerca. A veces pienso que es mi hermanastra, no mi hermana de verdad. Me molesta mucho. Creo que mamá la sacó de un basurero o algo así.

Salimos del coche y entramos al lugar. Había mucha gente reunida en este gran salón de baile y, por supuesto, mi papá saludó a los Gold Lifes.

—¡Xander... ven y siéntate con nosotros! —dijo Chase y, por supuesto, me alegró mucho tenerlos aquí. Me senté con Chase e Ian junto con los otros Gold Lifes, pero mis ojos parecían buscar a alguien en particular.

—¿Dónde está tu hermana? —le pregunté a Chase.

—Como siempre... está ocupada con sus autos.

—¿Autos? ¿Está corriendo? —pregunté con curiosidad.

—No... es mecánica. —Eso hizo que mis ojos se abrieran de par en par porque es el hecho más fascinante que he escuchado sobre Athena.

—¿Sola?

—Lo aprendió de mi abuelo, Nic, así que le encanta pasar su tiempo en su taller y ahora está con él —dijo Chase mientras sorbía su vino.

—¿Por qué buscas a mi hermana de todos modos? —preguntó.

—Quería preguntarle sobre nuestra tarea, estaba en la misma clase de Matemáticas y Geografía con ella.

—Oh, ya veo... Intenta mandarle un mensaje.

—No tengo su número —dije con sinceridad y Chase sacó su teléfono mostrándome el número de Athena.

—Gracias, amigo.

—De nada —Chase sonrió y me dio una palmada en el hombro antes de levantarse y alejarse. Sonreí mirando el número de Athena y decidí enviarle un mensaje.

Si eres buena arreglando autos, ¿puedes mostrarme cómo arreglar mi corazón?

Sé que suena muy cursi y asqueroso, pero quiero ver cómo reacciona Athena. Apuesto a que su reacción será divertida porque solía ser una reina del drama cuando era pequeña.

Ve al doctor

Me reí al ver su respuesta y no pude evitar enviar otro mensaje.

¿Ocupada saliendo con autos?

Miré la pantalla de mi teléfono intensamente, completamente inconsciente de que estaba esperando su respuesta como un idiota.

Sí, ¿qué tal si tú y yo damos un paseo?

¡Oh, mierda! ¿Por qué me estoy imaginando que lo dijo en un tono sexy cuando sé que es puro sarcasmo? No puedo creer esto. Guardé mi teléfono en mi traje y cerré los ojos.

¿Apenas tuvimos un poco de contacto y ahora mi cabeza empieza a jugar conmigo? ¡Recapacita, Xander! Athena es tu amiga de la infancia, así que ni pienses en ligar con ella.

¡Cerebro idiota!

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