Capítulo ocho ~ Crees que soy adorable

No podía creer lo que veían mis ojos. Chase estaba aferrado a la espalda de Bear como si su vida dependiera de ello, mientras él se sacudía y pataleaba como un toro enfurecido tratando de lanzarlo. El tipo se había vuelto completamente loco. Un minuto, estoy bromeando con Bear, y al siguiente, Chase...