Capítulo treinta y cinco

LORA

Mi teléfono sonó justo cuando iba a obtener el plano de la casa. Me apresuré a mi habitación para contestar. Anton estaba llamando, y tenía una buena idea de por qué.

—Bueno, esto sí que es una sorpresa —dije con tono arrastrado al contestar la llamada.

—Hola de nuevo, Lora —dijo en voz baja...