Deseo compartido

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Capítulo 4

Mia corrió hacia su novio recibiendolo con unos castos besos en la boca, quería comportarse amoroso, no quería pelear más y esperaba que Bruno también tuviera esa idea. Por suerte no dijo nada, incluso no diría nada de su atuendo, esta vez no se había vestido tan mal, no como aquellas veces que salían y Mia siempre solía usar sus faldas plisadas largas y esas blusas que no mostraban nada en lo absoluto, incluso podría decir que estaba sorprendido de lo bien que había escogido su atuendo. Se veía muy sexy.

Bruno abrió la puerta del copiloto para dejar entrar a su novia y después el subir del otro lado, manejando de forma serena, quería que esta noche fuera memorable, tal vez podrían llegar hacer algo divertido, la idea le pareció estupenda y sonrió.

—¿Estas feliz? —Mía pregunto al ver la sonrisa reluciente de su novio.

—Tengo expectativas de esta noche. —Lo admito, tenía que saber desde ahora si Mia se podría en modo monja de nuevo o mejor desesharia cualquier esperanza desde ahora—. Prometes soltarte un poco. —La rubia dudo, no creía que fuera más que solo beber y bailar, no tenía problema alguno con eso.

—Lo prometo —dijo entusiasta y Bruno sonrió con más ímpetu.

Llegaron al club, el ambiente estaba en su máximo apogeo, le entrego las llaves a uno de los valet parking y tomo a su novia de la mano para entrar al lugar, donde resonaba la música a su máximo esplendor, algunas personas estaban bailando junto a sus mesas, otras en la pista de baile y otros más solo se dedicaban a tomar el mayor alcohol posible como si no hubiera un mañana.Sus ojos poco a poco se vieron cegados por las luces de colores, era difícil incluso caminar por el lugar, cualquier paso en falso y estaría besando el suelo.

—Pero mira a quien tenemos aquí. —Un hombre igual de corpulento que Bruno, se le acercó saludandolo con efusividad. El castaño no tuvo problema en regresarle el saludo de igual manera, soltado así la mano de Mia—. Caramba. ¿A caso Tara planeo un recuentro y no me comento? —Bruno solto una carcajada, su viejo amigo Drake era el ex capitán del equipo de fútbol americano en su antigua universidad, hacia más tonterías de las que decía pero siempre había sido un buen compinche.

—Al parecer así lo es. —Palpó su hombro, aun estaba emocionado de verlo ahí.

—Pero quien es esa preciosura que esta detrás de ti. —Drake alzo una ceja y miró a Mia barriendo su aspecto con la mirada. Esta alzo una de sus manos como saludo y sonrió amistosamente—. Soy Drake preciosura. —Estaba emocionada de conocer a los amigos de Bruno, era extraño por que el no la había presentado con nadie, ni siquiera con sus padres, siempre alegaba que se la pasaban de viaje sobre un crucero o cualquier cosa que se le ocurriera, a veces pensaba que no quería presentarla con ellos por que le daba vergüenza su aspecto.

—Bueno, deberíamos buscar a Tara y preguntar que significaba esto. —Drake río de nuevo, esta vez era un poco más fingida y exagerada. Bruno volvió a tomar la mano de su novia y la llevó hasta una de las terraza.

Se sorprendió mucho cuando miró a varios amigos ahí. ¿Qué estaba pasando? Se preguntó el castaño.

—Vaya, a quien me vengo a encontrarme, chico que gusto. —Max se acercó a los aludidos con una botella de Vodka en la mano y un bazo en la otra, definitivamente había invitados inesperados. Bruno se puso más nervioso, y empezó a reír como loco. Mia parecía estar complacida era la primera vez que conocía a amigos cercanos a su novio.

El castaño le extendió una copa para que la tomara con firmeza y le sirviera un trago.

—Y otro para la bella dama. —Max se dirigio a Mia quien le sonrió como saludo, tomando también una de las copas con alcohol. Ella no tomaba, solo lo necesario, nada para perder la noción del tiempo o no saber lo que había ocurrido al otro día, así que una copa no le haría nada.

—¿Pero como? ¿Cuándo? —Bruno estaba pasmado, aún no entendía por qué estaba ahí. Tenía que haber sido Tara.

—¿Quién crees que sea la culpable de que estés hoy aquí? —Drake alzo la mano, señalando a su espalda.

—¡Chicos! —La voz de Tara se escucho detrás de ellos. Ella iba caminando como toda una diosa de la mano de Logan. Todos le sonrieron. Era la reina de la fiesta—. Bruno... amigo, pensé que no vendrías y no vienes solo. —Su sonrisa socarrona y algo burlesca llamó la atención de Mia, pero más que eso su atención fue puesta en aquel chico de cabello negro, alto, cuerpo atlético y ojos enigmáticos que la contemplaron. Mia se sintió perdida y luego parpadeo varias veces para desviar su mirada y no ser tan obvio al respecto.

Bruno hizo un gesto nada amigable cuando se encontró con Logan, haciéndole entender a Mia que el chico no era del agrado y se preguntó por qué. Un grito desde la piscina llamó la atención de todos en aquella terraza. Todos se levantaron de su lugar mirando al joven abrió que había caído a esta.

—Apenas llegas y ya te ebrigaste. No tienes remedio Samuel. —Tara se paró en jarra mirando a su amigo, desvió su atención hacia Drake y Max para que lo ayudarán, estos búfalos y juntos alzaron el cuerpo mojado y ebrio de Samuel.

Bruno se acercó a Tara dejando a Mia sentado en una mesa, mientras degustaba su bebida. El castaño necesitaba un explicación.

—¿Por qué carajo invitaste a Drake y Max? —pregunto serio, ambos observaban como Samuel se setaba en una de las sillas y se recostada en otra, había llegado a su lomite y ni siquiera era media noche. Tara se cruzó de brazos y miró a Bruno de soslayo.

—¿Aque le temes Bruno? —pregunto con su mirada encanta. El pasado podia regresar a él.

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