Capítulo 2

Alicent

Primero, tengo que conseguirle un regalo a Logan.

Mi mente da vueltas, y todo lo que puedo pensar es en el incidente de anoche cuando la ira de Logan estalló porque no obedecí sus demandas lo suficientemente rápido.

Miro mis codos, notando que todavía tengo una pequeña marca roja donde me empujó contra la pared bruscamente para apartarse de mi camino. Sé que mañana o pasado, comenzará a ponerse morada—como siempre sucede.

Hoy, marcamos diez años de matrimonio. Es aterrador lo rápido que ha pasado el tiempo; tenía apenas diecisiete años cuando comenzó nuestra relación. Aunque la razón principal en ese momento era cambiar mi apellido. Dejé atrás a Alicent Dove con la esperanza desesperada de que Alicent Watson pudiera tener una oportunidad de sobrevivir.

Llevo un suéter negro holgado que ha visto mejores días sobre mi camiseta marrón para cubrir todos mis moretones. Al menos esta vez, no tengo la muñeca torcida porque definitivamente no puedo permitirme pagar ninguna factura del hospital.

Después de tomar la cantidad para pagar nuestros gastos, vaciaré todo en mi cuenta bancaria para poder comprarle a Logan un hermoso reloj. Lo cual no es mucho, ya que mi trabajo como maestra de preescolar apenas paga nuestras cuentas.

Creo que le gustará. Mi esposo se ha estado quejando de que el que tiene ahora está muy desgastado. Dijo que esa debe ser la razón por la que nadie lo contrata.

Espero que este regalo mejore un poco su ánimo.

Este será el comienzo del resto de nuestras vidas—

—¡Ay! ¡Ouch!

Corro desesperadamente desde nuestro dormitorio hasta la cocina cuando escucho a nuestro hijo llorar de dolor. Logan no está aquí. Se fue a otra entrevista de trabajo.

Tan pronto como veo a Azrael, mi corazón se encoge, y quiero hacer lo que sea necesario para detener su dolor. Tiene la espalda doblada, saltando mientras sostiene su pequeña mano con fuerza.

Az es tan pequeño para un niño de nueve años y tan frágil, aunque mentalmente parece mucho mayor de lo que es.

—¡Oh, cariño! ¿Qué pasó?— Me acerco a él, tocando su espalda. Levanto mi mano, invitándolo a colocar la suya más pequeña encima para poder ver qué ha pasado.

Az me mira hacia arriba—Me corté el dedo—dice con una voz débil. Sus ojos verdes, del mismo color que los míos, están llenos de lágrimas.

Sigo acariciando su espalda hasta que coloca su mano pálida y temblorosa sobre la mía. Examino el corte en su dedo rojo, tocándolo suavemente. Aunque sangró mucho, el corte no parecía muy profundo, pero tenía al menos dos pulgadas de ancho.

—Pobrecito—digo, dirigiendo su dedo al fregadero de la cocina para desinfectarlo.

Alrededor de donde estaba saltando, había un charco de sangre en el suelo.

—No soy un bebé, mamá—me recuerda mientras su labio inferior tiembla antes de secarse las lágrimas con la parte superior de su antebrazo.

Frunzo el ceño hacia él—¡Te dije que no usaras el cuchillo, Az! ¡Es peligroso! ¡Podrías cortarte, como acaba de pasar!—digo mientras limpio su dedo con jabón y agua.

—Solo quería hacerme un sándwich de mantequilla de maní antes de que nos fuéramos, mamá. No quería molestarte.

—Es mi trabajo cuidarte, cariño. La próxima vez, me pides ayuda, ¿de acuerdo?—le digo firmemente. Cuando no responde, exijo—¿De acuerdo?

Az solloza tristemente antes de decir a regañadientes—De acuerdo, mamá. Lo siento.

Seco su dedo con papel tisú y agarro el botiquín de primeros auxilios del último cajón amarillo pegajoso en el gabinete de la cocina. Este apartamento prácticamente se está desmoronando. Es tan viejo que parece que apenas se mantiene en pie. Fue el único lugar donde no necesitábamos dejar dinero para un depósito cuando lo conseguimos. Una vez que llegamos aquí y exploramos este vecindario sospechoso, todo tuvo sentido.

Aplico vaselina antes de cubrir el corte en su dedo con una venda adhesiva específicamente para su piel sensible. Mi pequeño ángel tiene una alergia severa a la lactosa—su piel es extremadamente sensible incluso sin que los lácteos la afecten. Por eso siempre llevo el EpiPen conmigo. Preferiría pasar hambre yo misma antes que verlo sufrir sin sus medicamentos, y eso es precisamente lo que pasó la última vez que tuve que comprar su medicación.

Az mira su dedo, moviéndolo de un lado a otro—Me duele—dice.

Le doy un pequeño beso en el dedo con un ruido fuerte y le sonrío—¡Ahí tienes! ¡Ahora te vas a mejorar!

Az suelta un gran suspiro como si hubiera estado conteniendo la respiración por siempre—¡Gracias, mamá!—dice. Az me da una suave sonrisa antes de frotarse los ojos con la mano que no tiene el corte en el dedo.

—¡Aún estás en problemas por usar el cuchillo sin que yo te vigilara, cariño!

Rápidamente limpio la sangre del suelo antes de dirigirme a mi dormitorio para agarrar mi bolso y poder irnos—¡Vamos, Az!

Antes de salir del apartamento, me aseguro de agarrar el abrigo de Chel, aunque ni siquiera recuerdo cuándo lo dejó aquí.

Aunque ella es mi mejor amiga—bueno, en realidad, mi única amiga—sigue sin saber nada de mi pasado secreto. Lo mismo pasa con mi esposo, aunque él tiene sus sospechas.

Chel es la hija del director en la escuela donde trabajo, y forma parte del personal administrativo allí. Cada vez que tengo un día libre, siempre me empuja a tomar turnos extra para ganar más dinero. Realmente aprecio que se preocupe por mí de esa manera.

Hoy es uno de los raros días en que no trabajo en mi día libre porque la maestra que necesitaba que la cubriera terminó llegando a clase en el último minuto.

Lo cual es perfecto porque tengo todo el día libre para sorprender a Logan.

Mi pesado bolso golpea ligeramente mi codo magullado mientras cierro la puerta con llave, y murmuro un siseo de dolor.

Evitaré hacer cualquier cosa que pueda provocarlo y hacer que sienta ganas de lastimarme de nuevo.

🐺 🐺 🐺

Aunque estaciono mi viejo coche frente a la casa beige de Chel, lo dejo encendido porque me preocupa que no vuelva a arrancar si lo apago.

Luego, me apresuro hacia su entrada, sujetando firmemente su abrigo en mi brazo izquierdo. Lo lavé y sequé cuidadosamente para ella, y luego, para asegurarme de que se mantuviera en perfecto estado, lo coloqué en una funda para ropa para protegerlo de las arrugas.

En el momento en que me acerco a la puerta blanca, el volumen más alto de 'Beautiful Liar' de Beyoncé y Shakira golpea mis oídos desde adentro. Mi puño golpea frenéticamente la puerta, pero Chel no responde.

Con un suave giro de mi mano libre, el pomo de la puerta gira y la puerta se abre con un chirrido. Se ha convertido en un hábito para mí entrar a la casa de Chel así, ya que nunca recuerda cerrar la puerta con llave.

Si mi mejor amiga viviera en mi vecindario, este despiste realmente podría ponerla en peligro.

Con el ritmo contagioso de la música llenando el aire, no puedo evitar mover mis hombros en un movimiento de baile y dejar que mis caderas se balanceen mientras entro en su casa, casi cantando junto a las reinas mientras entonan ‘He won’t be the one to cry’.

—¿Chel?—grito por encima de la música fuerte, pero ella aún no responde. A pesar de vivir sola, Chel tiene una casa notablemente grande. Todo mi apartamento probablemente podría caber en su sala de estar. El desorden constante en su casa hace que no sea sorprendente encontrar su ropa tirada en el suelo.

Sigo el rastro de ropa hasta que el sonido de los gemidos se vuelve cada vez más audible sobre el ritmo pulsante de la música fuerte.

Inmediatamente, mis ojos se abren de sorpresa y mi respiración se detiene instintivamente en mi garganta mientras doy un paso atrás rápidamente. Aunque estoy a solo unos centímetros de la puerta del dormitorio de Chel, que está medio abierta, estoy segura de que no me escuchó.

¡Mierda! No debería estar aquí. ¡Gracias a Dios que Az se quedó en el coche!

Al menos ella está teniendo sexo. Ni siquiera puedo recordar la última vez que Logan y yo tuvimos sexo.

Estoy a punto de dar más pasos hacia atrás y alejarme.

Pero entonces escucho un gruñido.

Espera. No. Debo estar equivocada. Este gruñido que estoy escuchando—que conozco tan bien—debe ser porque acabo de pensar en él.

Sin embargo, abruptamente la voz de Logan resuena clara como el día a través de la música fuerte—¡Mierda! ¡Chel! ¡Tienes el mejor trasero que he follado!