



¿Por qué es tan frio?
Capitulo 3
En casa de Ryan…
Él solo me dejo en la entrada mientras que él salió en su coche, ni siquiera me dijo a donde iría solo sé que se fue enojado.
Algo confundida camino por ese enorme jardín, sigo caminando hasta subir algunos escalones los cuales me llevan a la entrada de esa enorme casa.
Vaya es más grande que la mía y más lujosa ahora entiendo ¿Por qué mi padre no quiso perder la sociedad con él? Porque, aunque mi padre es acomodado, Ryan es millonario.
Con asombro sigo caminando hasta que una de las chicas me espera en la entrada.
—Buenas tardes ¿Señorita? —ella espera a que le diga mi nombre.
—Kenia me llamo Kenia—le sonrío con amabilidad.
—Por favor sígame, señorita—ella me guía hacia unas escaleras, luego de eso sigo caminando por un enorme pasillo y justo al fondo esta una habitación en la misma que me pide entrar—Esta será su recamará, el joven Ryan hablo para dar indicaciones.
— ¿Esta no es la recamara de Ryan? —cuestiono curiosa a la vez que entro para observar esa habitación la cual está un poco abandonada.
—No. La del joven está al otro extremo, esta recamara es de huéspedes, siento mucho las condiciones, como nadie la ha habitado en años está un poco desordenada eso es porque se limpia cada cierto mes ¡Lo siento señorita! —ella me ve apenada.
—No te preocupes, entiendo—le sonrío.
—Enseguida mandare lo necesario para ayudarle. Por cierto, se ve hermosa vestida de novia, pero lo que más es bonito en usted es su amabilidad con permiso —ella se va.
Algo confundida entro a esa habitación a la cual estoy segura de que solo la limpian por encima ¿De verdad él me ha mandado aquí? Con el ceño fruncido tomo el control de aire acondicionado y ni siquiera prende ¿Es enserio? Hace mucho calor aquí menciono dejando ese control cerca de la cama.
Sigo observando y noto como esta habitación ni siquiera ha sido remodelada en años debe ser que está olvidada, entro al baño y es lo mismo y aunque eso no me molesta porque no soy tan quisquillosa. Me pregunto una y otra vez ¿Ximena estaría ahora en mi situación? Creo que no, ella estaría en la habitación nupcial y lo mejor de todo con él quien ahora ni siquiera sé dónde está.
Con tristeza cierro esa puerta y cuando me doy la vuelta veo como hay varias empleadas dentro de la recamara.
—Señorita nosotros nos encargaremos de limpiar —menciona esa chica la cual me recibió hace un rato.
—Yo les puedo ayudar no te preocupes, dame una escoba—extiendo mi brazo.
—Pero ¿Y su vestido? —ella me ve con preocupación.
—No te preocupes lo puedo mandar a la lavandería—tomo esa escoba y empiezo a barrer.
Las demás chicas empiezan a limpiar y como era de esperarse, había mucho polvo tanto que varias empezaron a toser, creo que esa chica me mintió y esta habitación ni siquiera fue limpiada ni siquiera hace un mes si no en más.
Dos horas después…
En fin, este cuarto ha sido limpiado, estoy tan cansada y llena de sueño que solo me dejo caer sentada en esa enorme cama la cual fue cambiada de ropa.
—No quiero ser atrevida, pero… Como saben me acabo de casar y mi maleta no ha sido enviada ¿Podrá alguien de ustedes ayudándome a buscar un poco de ropa para mí? Les juro que la regresare —sonrío con amabilidad.
—Conmigo no cuentes Miriam, suficiente hemos hecho con no acatar las órdenes del joven Ryan—una de ellas habla.
—No se preocupen pueden irse ahora, yo me encargo—la empleada que me recibió habla.
Todas las demás se van y solo Miriam y yo quedamos en la habitación.
— ¿Así que te llamas Miriam? —cuestiono.
—Si señorita—ella contesta con amabilidad—Le traeré una pijama y un cambio para mañana—ella está por irse sin embargo la detengo.
— ¿Miriam? —Frunzo el ceño— ¿A qué se referían tus compañeras con no acatar las órdenes de Ryan?
—Sobre eso—menciona apenada—Me da mucha pena decir esto, pero… El joven solo pidió que le enseñáramos la recamara pidió que nadie la podía atender, pero yo no puedo dejarla sola señorita usted es muy amable por lo tanto no acate las órdenes del joven, no se preocupe yo tomare toda la responsabilidad.
—No diré que me ayudaste, muchas gracias, Miriam, prometo no molestarte tanto—le sonrío.
—No es molestia, con permiso —ella se va.
Exhalo con decepción ¿Sera que Ryan no es quien pensaba? ¿Por qué me está poniendo tantas trabas? Yo solo quiero empezar una buena relación con él, pero tal parece que a él no le interesa, trago saliva y me levanto de esa cama.
A la mañana siguiente…
Hoy me levante muy temprano, eso es porque no pude dormir por ese calor tan terrible en esa recamara.
Recién me he cambiado, menos mal que Miriam me ha prestado un poco de ropa, salgo de esa habitación creo que debí dormir en el pasillo aquí está más fresco que esa recamara. En fin, sigo con mis pasos hacia las escaleras las cuales bajo y cuando estoy a punto de cruzar la cocina escucho como Ryan está hablando con Miriam.
— ¿Y que más quiere la señorita? ¿No quiere que le lleven la comida hasta la recamara? Te dije que se prohíbe ayudarle, ella es como una empleada más de aquí ¿Entiendes?
Trato de ignorar lo que acabo de escuchar y solo me paso de largo.
—Buenos días…—saludo y ahí es donde Ryan voltea a verme con enojo.
— ¿Qué tiene de buenos?
—Con permiso—tomo asiento.
—Ponte de pie ahora mismo, no te quiero comiendo en mi mesa, ¡No eres mi esposa! Mi esposa era tu hermana ¡No tú! Por lo que te pido que te ahorres el papel de esposa o bien si lo quieres hacer, puedes empezar por hacerte cargo de la casa, como limpiar tu misma, hacer la comida etc. pero no mi mujer—él me ve con desprecio.
—No tengo problema con llevar el orden de la casa, aunque solo será medio tiempo estoy estudiando —contesto con amabilidad.
—Bien, pero si quieres seguir estudiando gana lo que se pagara de tus estudios porque tu padre ya no los pagara si no tú con tu trabajo en esta casa, así que ya sabes, para mí solo eres una empleada más, claro cuando tengas que hacer el rol de mi esposa lo harás, pero mientras tanto haz como si no existieras aquí y si quieres comer ve a la cocina con las empleadas —termina de decir para luego verme con seriedad.
Con seriedad asiento, confundida me doy la vuelta y entro a la cocina donde están las chicas y también Miriam quien me sonríe.
—Señorita por favor venga con nosotros—con amabilidad me toma del brazo y me ofrece un asiento.
—Llámame Kenia y háblame de tú por favor—miro alrededor.
Y aunque no me molesta comer en la cocina ni mucho menos ser una empleada más si estoy un poco desconcertada por el trato de Ryan si bien estaba enterada de lo frio y serio que es pero por un momento llegue a pensar que eso cambiaria sin embargo esa teoría se ve tan lejana.
—En la estufa esta la comida o si quieres puedo servirte—ella toma el plato mismo que le quito de las manos.
—No te preocupes Miriam yo lo hare —sonrío al mismo tiempo que me pongo de pie.
Veo variedad de comida la cual se ve deliciosa y como dije esto no es nada nuevo para mí, de hecho, siempre me he hecho cargo de mis cosas, aunque… creo que tal vez si va a estar un poco difícil puesto que creo que Ryan es muy exigente como sea daré mi mil por ciento para agradarle.
Ese mismo día por la tarde…
Recién he llegado de casa de mi padre, no puedo creer que Carmina me tiro toda mi ropa
y peor aún que mi padre se lo haya permitido.