Capitulo 38 — Eres exquisita

— Esto funcionaría mejor si compartiéramos algo de calor corporal juntos. — Murmuró Máximo, logrando ver en la tenue oscuridad, como Isabella abrió los ojos de par en par. — Ven, acércate un poco.

Máximo se deslizó hacia Isabella, por debajo de las sábanas, y pasó su brazo bajo el cuello de ella, qu...

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